el artista
Carlos Silva nació en Buenos Aires el 13 de noviembre de 1930. El mundo de las letras fue el primer campo en el cual empezó a experimentar y más tarde comenzó su pasión por el dibujo y la pintura, convirtiéndose en uno de los representantes claves del arte abstracto geométrico de la Argentina. Además de un indiscutible talento, un entorno familiar libre de prejuicios y ataduras motivaron en el artista inquietudes que le posibilitaron desarrollar una carrera consistente, rica en logros profesionales y descubrimientos artísticos, así como reconocida y elogiada nacional e internacionalmente.
Autodidacta por naturaleza, Carlos Silva acudió durante sólo tres meses al taller de Vicente Puch, donde compartió clases con Carlos Alonso, Fernández Muro y Sarah Grillo. Esa corta formación en pintura unida a años de experimentación y estudios rigurosos en su taller, le sirvieron para crear una técnica absoluta con base en una estructura matemática que dió nacimiento a cientos de obras complejas y originales en su composición y tratamiento.
El amplio reconocimiento a su obra, tanto en la Argentina como en el exterior, le permitió obtener importantísimos premios, entre ellos el Premio Nacional del Instituto Torcuato Di Tella en 1965, el Gran Premio Adquisión Fundación Lorenzutti en 1968, el Premio Konex en 1982, etc. Además, Carlos Silva logró exponer en distintas ocasiones en varias de las galerías, bienales y museos más importantes del mundo, como el MOMA de New York, la Bienal de San Pablo y la Galeria Knoll International también de New York.
Falleció en Buenos Aires el 12 de junio de 1987, dejando una colección de pinturas de gran importancia que lo convierten en unos de los artistas más notables, talentosos y con mayor relieve de la Argentina durante el siglo XX.